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Beneficios de Cultivar un Jardín para el Bienestar Mental y Emocional


Los beneficios de la jardinería para el bienestar mental

“A medida que doto de contenido el paisaje que abarca mi mirada, voy despojando de ruido mi universo interior. Y observo que trabajar mi jardín me ayuda a asomarme al precipicio de mi vacuidad sin miedo” Este párrafo que resume magistralmente toda la filosofía del jardín, está en las primeras páginas del libro Tocar Tierra de Leticia Rodríguez de la Fuente, hija del legendario naturalista Félix Rodríguez de la Fuente, y una excelente jardinera que no solo ha revolucionado el cultivo sostenible de flores de corte en su finca de Guadalajara, sino que ha demostrado ser una emprendedora creativa y una pensadora clarividente. Su libro es una delicia de principio a fin, solo el índice que avanza capítulos tan sugerentes como Manos a la tierra, El Camino de los agradecimientos o La belleza de lo efímero, es ya una magnífica invitación a entrar el jardín que Leticia ha creado como forma de vida y de pensamiento.

La visión de Leticia Rodríguez de la Fuente como jardinera que cultiva las flores que vende y a la vez convierte esa actividad en una fuente de bienestar físico y mental, se corresponde totalmente con la filosofía del jardín andalusí que fue la máxima realización ecológica de la civilización de Al-Ándalus. Precisamente en ese legado hemos encontrado también la inspiración para la marca de cuidado personal EL JARDÍN DE HAMMAM que utilizamos en los servicios de HAMMAM AL ÁNDALUS. El jardín que se crea para el gozo de la vista, para la evocación del olfato, para sentir con las manos… un jardín que llena la farmacia botánica y que ofrece generosamente sus frutos a cambio de cuidado y respeto. Definitivamente hay una hermosa filosofía vital en todo lo que rodea al jardín, y si el libro de Leticia Rodríguez de la Fuente es una delicia, ahí va otra, en este caso una película, que tiene el poder de hacernos sentir mejor después de verla, Conversaciones con mi jardinero. Es posible que estos estímulos despierten el deseo de buscar un trozo de tierra, un huerto urbano o incluso un espacio en el interior, para cultivar nuestro propio jardín, una terapia infalible para muchos males de nuestro tiempo. Como complemento y guía de prácticas que reducen estrés, fomentan la atención plena y el auto-conocimiento, aconsejamos leer un artículo que ya publicamos en nuestro blog sobre pequeños gestos terapéuticos con el jardín como espacio y compañía. Y para quienes quieran inspirarse en grandes creadores que han hecho del jardín un modo de pensar y de vivir, un libro fundamental para entender la pasión por ese noble arte de la jardinería, La filosofía en el jardín del británico Damon Young.


La aromaterapia del Jardín

No siempre es posible echar manos a la tierra cuando se vive en espacios urbanos, ojalá fuera obligatorio transformar todas las azoteas en jardines y todas las rotondas en huertos… pero hay otras formas de conectar los sentidos y las emociones con esos refugios de bienestar que son los jardines. Es el propósito de la línea de aromaterapia EL JARDÍN DE LAS EMOCIONES. Esta línea destinada a la sensibilización olfativa y el cuidado corporal, se compone de 7 aromas declinados en Aceites Hidro-Nutritivos y Brumas Estimulantes, de manera que, a través de dos gestos, el masaje corporal y la vaporización de la bruma, podamos transportarnos a los rincones de un jardín en plena floración. Cada uno de los aromas se ha creado a partir de ingredientes naturales buscando reproducir lo más exactamente posible la sensación olfativa natural de un paseo por distintas zonas de flores y plantas, la rosaleda, los macizos de jazmín, los naranjos en flor, los bancales de lavanda o de menta… 
El olfato es el sentido que tiene mayor poder de evocación, estimularlo tiene también un efecto terapéutico que nos puede ayudar a crear una isla de bienestar en casa.

Un ritual olfativo para renovar energía.

- Preparar un té Rooibos con Naranja, añadir unas gotas de Aceite de Oliva Virgen Extra y rallar un poco de cáscara de naranja bien limpia.
- Masajear los brazos y la zona cervical con el Aceite Hidro-Nutritivo Pasión de Azahar, una pequeña cantidad es suficiente para un auto-masaje de unos minutos. Durante el masaje prestar atención al aroma que nos llega y lo que nos evoca.
- Vaporizar la Bruma Pasión de Azahar en la palma de las manos y, formando un cuenco con ellas, llevarlas al rostro e inhalar profundamente para después expirar suavemente, sintiendo el aroma, esta operación se puede repetir dos o tres veces.

Al terminar tendremos la impresión de haber estado realmente en un huerto cuajado de naranjos en flor, y también notaremos como esa evocación nos alivia tensión y nos aporta cierta ligereza, fundamental para seguir con el día a día.

Exfoliar la piel del cuerpo en verano