Aprovecha un 10% de descuento en tu primera compra con el código: WELCOME10

Cuidar la piel en invierno. Un ritual renovador.


En invierno el jardín entra en una especie de reposo vegetativo y a la piel le pasa un poco lo mismo, solo que hoy no nos encerramos en casa hasta la primavera sino que mantenemos e incluso incrementamos el ritmo frenético de actividad. 

El solsticio de invierno marca el comienzo de un ciclo y aunque no seamos conscientes de ello, la piel, que es un organismo complejo cuya misión es estar permanentemente atento a las variaciones del exterior, “sabe” que entramos en una nueva estación. 

Como la naturaleza es la más sabia, podemos inspirarnos en los cuidados del jardín para diseñar el ritual de cuidado que permitirá a la piel afrontar el frío, los cambios bruscos de temperatura, el efecto de las calefacciones…. Se trata de aprovechar este ciclo para renovarse y prepararse a pasar los meses en los que habrá menos luz y más vida interior.

mujer con flores

El 7 es nuestro número fetiche así que la propuesta es un ritual renovador para el bienestar de la piel en sintonía con la estación y en 7 pasos, usando básicamente agua, aceite y botánica. 

1. Eliminar impurezas y células muertas, el invierno es un período duro para la piel, hay que prepararla para que resista las inclemencias sin daños, así lo primero es una buena sesión de exfoliación a base de crema de jabón negro y un guante kessa. Nos daremos primero una ducha con agua caliente para abrir los poros, con la piel mojada aplicamos la crema de jabón negro por todo el cuerpo, por el rostro y el cuero cabelludo, masajeamos bien con el guante Kessa excepto en el rostro donde daremos el masaje con las yemas de los dedos. Aclaramos bien y secamos con la toalla.

2. Pasar revista a las manchas y lunares, el cambio de estación es un momento ideal para revisar el estado de la piel en las zonas que normalmente no observamos, se puede utilizar un espejo para no dejar ningún resquicio por revisar, si alguna mancha, lunar o verruga presentan una forma o una textura extraña es imprescindible acudir al dermatólogo. 

3. Proteger las zonas mas sensibles, como el rostro, en particular mejillas y labios, con la crema de día haremos una mascarilla añadiendo unas gotas de aceite de rosa mosqueta, primero aplicaremos una Bruma Tonificante Perfumada, el aroma Rosal en Calma que contiene aceite esencial de rosa Damascena, Hidroxitirosol y Alantoína es un buen tónico que prepara la piel para recibir la mascarilla, la dejaremos actuar mientras nos dedicamos a otras zonas del cuerpo.

4. Enriquecer la piel del cuerpo, en invierno vamos a añadir capas de ropa de distintos tejidos, así que es imprescindible mantener la piel bien nutrida e hidratada, esto lo conseguimos con una buena dosis de Aceite Hidro-Nutritivo Corporal, con su base de 7 aceites vegetales el aporte de nutrientes y emolientes está garantizado; tomemos el tiempo necesario de masajear con aceite, usando el mismo aroma que el de la Bruma, Rosal en Calma, las piernas, los brazos, la zona lumbar, los hombros, la zona cervical… si además conseguimos que otro par de manos nos den un buen masaje en la espalda, el resultado será una piel bien nutrida y una maravillosa sensación de relax y de energía renovada.

5. Volver al rostro, podemos retirar el resto de mascarilla que la piel no haya absorbido, utilizando un paño de lino o de algodón perfectamente limpio, volveremos a vaporizar la Bruma tonificante y dejamos que se evapore completamente. Es el momento del masaje en el rostro, con las yemas de los dedos, sin ejercer ningún tipo de presión, realizando movimientos ascendentes desde el cuello hasta el cuero cabelludo, y movimientos laterales desde los labios, la nariz y el entrecejo hacia las orejas y las sienes, podemos impregnar las manos con Bruma Tonificante para sentir el aroma de manera consciente, cuidando de inspirar y espirar profundamente mientras hacemos el masaje, el resultado es una piel tonificada y fortalecida, y un estado de sosiego que beneficia a todo el organismo.

movimientos aplicación de producto

6. Atención a los pies, aunque no los veamos siguen ahí y necesitan aún más cuidado que en el resto del año, una cantidad generosa de Crema Hidro-Botánica masajeando bien las zonas de los talones y tobillos, la planta del pie y el empeine, dejaremos en el pie la crema que no se absorba y nos pondremos unos calcetines de fibra natural para permitir que la crema siga actuando como un emoliente sobre todo en las zonas donde se pueden producir durezas y sequedad. 

7. Mantener las vías respiratorias, el vapor de agua aromatizado con hojas de laurel y eucalipto, inspirando profundamente durante al menos 5 minutos, es un ritual que no solo activa el olfato y limpia las vías respiratorias, sino que además hidrata los bronquios. El té verde aromatizado a la menta, o cualquier otra infusión a base de plantas, bien caliente, varias veces al día, es una buena forma de mantener la hidratación de la garganta y la tráquea, además nos hidratamos en profundidad. Es muy recomendable, a primera hora de la mañana o a última hora de la noche, tomar la infusión acompañada de una cucharada de café de AOVE, un super alimento que además hidrata la garganta y favorece el tracto intestinal, para que todo el organismo funcione como un jardín bien cuidado. 

Al calor del fuego o al sol de invierno que ilumina el jardín dormido, nada está parado y es el momento de aprovechar para renovarse y disfrutar plenamente de la estación. 
 

Entrenar el olfato para sentirse mejor