Aunque estemos viviendo un momento de máximo culto a la propia imagen, nunca hemos estado tan alejados de nuestro propio cuerpo. Nos identificamos con la imagen proyectada y no con nuestra realidad corpórea. Los filtros que ofrecen las distintas plataformas digitales para tunear la propia imagen a la carta, son un claro ejemplo del abismo que va separando cada vez mas la imagen de sí mismos y la realidad de nuestro cuerpo.
¿CÓMO CONECTAR CON NUESTRO CUERPO?
Antonio Rivadeneyra, director de HAMMAM AL ÁNDALUS en Málaga, incide en la necesidad de conectar de un modo consciente y responsable con las necesidades de nuestro cuerpo, el Hammam es el lugar en el que esa conexión con la “naturaleza interior” de cada una, de cada uno, es el eje de su filosofía de cuidado:
“Para sentirnos bien no basta con la ausencia de enfermedad. Muchas veces no nos sentimos bien, pero no existe quien que pueda diagnosticar con precisión qué es lo que no está funcionando en nuestro cuerpo. Hoy, en la cultura de la inmediatez, predomina satisfacer de forma inmediata cualquier pulsión que se nos presente independientemente de que sea saludable o no, para posteriormente, tratar los síntomas que aparezcan en el cuerpo”
Ese “no sentirse bien” tiene que ver muchas veces con el hecho de llevar una vida al margen de lo que el cuerpo realmente necesita, para volver a un equilibrio es imprescindible observar con atención y reconocer lo que nuestro cuerpo nos “dice”.
Si miramos nuestro legado andalusí, encontraremos una sabiduría de equilibrio cuerpo-mente que si no conociéramos su antigüedad, nos parecería totalmente actual: buscar siempre la “simpatía” o perfecta conexión entre el cuerpo y el espíritu; el propio Averroes, el médico mas famoso de Al-Ándalus, desarrolló varios tratados sobre medicina preventiva, higiene y bienestar para alcanzar ese equilibrio entre el cuerpo y el espíritu, ¿sus principales recetas?: la dieta, los baños, el ejercicio y la conexión con la naturaleza. Si lo hubiera escrito un o una gurú de nuestros días no nos parecería mas moderno.
EL EQUILIBRIO CUERPO-MENTE EN EL DÍA A DÍA
Los manuales están muy bien pero sin práctica no hay cambio, casi todo el mundo sabe lo que hay que hacer pero no hay tanta gente que lo practique, y al final tampoco es tan complicado, solo requiere convertir algunos hábitos en rutinas y algunas rutinas en rituales.
- El paseo mental por el cuerpo: nada mejor que tomarse un momento para recorrer mentalmente, prestando atención, todo el cuerpo, de los pies a la cabeza, observando las sensaciones, ya sean agradables o desagradables, incluso el dolor o la ausencia de cualquier sensación. Empezar poniendo la atención en los pies e ir subiendo progresivamente, lentamente y con plena atención, hasta la cabeza. Este ejercicio sencillo de meditación, se puede realizar en posición sentada o tumbada, y lo recomendamos a quienes visitan el Hammam cuando se relajan en la terma de agua caliente. Para una atención plena al cuerpo, es preferible evitar otros estímulos como música, olores etc, y por supuesto, no dormirse.
- El baño o la ducha puede ser un momento perfecto para prestar atención al cuerpo de un modo algo mas dinámico. Con la piel mojada aplicar Crema de Jabón Negro o el jabón o gel habituales, con las manos, sin utilizar ni guante ni esponja, recorrer todo el cuerpo despacio, notando si existen tensión, inflamación, durezas, bultos o cualquier otra particularidad. Es fundamental poner toda la atención en las sensaciones táctiles de las manos sobre las diferentes zonas del cuerpo, muy especialmente en la parte superior, pero también en las piernas y los brazos, y terminar en la zona craneal. Este ejercicio no solo es una forma fantástica de conectar con el propio cuerpo, sino que además nos permite hacer un chequeo para detectar cualquier anomalía y consultarla posteriormente.
- El paseo “meditativo” en cualquier jardín o parque que tengamos cerca es la mejor práctica para quienes necesitan sobre todo moverse, se trata de caminar despacio, sin rumbo ni propósito, solo prestando total atención a los movimientos de los pies, de los brazos, del tronco, sintiendo y observando cada articulación, tobillos, rodillas, caderas, hombros… La atmósfera del jardín aporta su propia energía para ayudarnos a conectar plenamente con el cuerpo y sus movimientos. Media hora de este tipo de paseo consciente en un entorno natural equivale a muchas horas de psico-terapia.
Conectar plenamente con el propio cuerpo es una práctica de salud y bienestar, una forma de medicina preventiva que nos ayuda a vivir de un modo mas equilibrado, mas acorde con nuestra naturaleza tanto física como mental.