En los últimos años hemos vuelto a mirar a los olivos centenarios como auténticos monumentos vivos.
El olivar es parte del jardín arábigo-andaluz, un jardín en el que el huerto que provee los alimentos se funde con los macizos de flores, los bancales de hierbas medicinales y finalmente el olivar. El hilo conductor es siempre el agua que fluye por una red de acequias y canalillos como la sangre por las venas. Para los romanos el aceite de oliva era ya una mercancía de alto valor, pero los romanos eran buenos ingenieros y agricultores mediocres. Los andalusíes eran ingenieros continuistas y agrónomos innovadores que transformaron todo el sur de la península y lo convirtieron en un vergel.
Fieles a su máxima de diversificar cultivos y de innovar en cuanto al método y la práctica, dieron varias vueltas de tuerca a la cultura del olivo introduciendo el siglo IX nuevas especies más resistentes y creando olivares altamente productivos y perfectamente integrados, así la cantidad, la calidad y la belleza estaban armonizadas en una misma visión.
Hoy los que llamamos olivos centenarios o milenarios proceden de aquellos olivares que al desaparecer Al-Ándalus y su magnífica revolución verde también fueron remplazados, muchos de ellos convertidos en leña, otros en ornamento.
En los últimos años hemos vuelto a mirar a los olivos centenarios como auténticos monumentos vivos, puede que las cosechas de estos olivares sean menos voluminosas pero la calidad de su aceite es excelente, un AOVE (aceite de oliva virgen extra) que oro líquido, para la piel y para todo el organismo.
EL JARDÍN DE HAMMAM es una de las poquísimas marcas que utilizan AOVE de olivos milenarios en la formulación de sus productos, y además AOVE procedente de la misma almazara, Almazara Casería de la Virgen, cuyos olivares centenarios de cultivo ecológico están situados en los parajes de Illora. En los olivares que tiene Casería de la Virgen en esta sierra granadina predomina la variedad de Olivo Lucio, al que llamamos Olivo Milenario y que añadimos a todos los productos además de otros extractos de AOVE ecológico de la misma almazara.
Así este AOVE del que extraemos principios activos esenciales para el cuidado de la piel, se convierte en una historia de amor, amor por los olivos y por la tierra que ocupan, amor por las personas que cuidan de ellos y hacen posible que sigan existiendo y dando un fruto venerado por generaciones.
Nuestro compromiso con la Fundación Argentata para la conservación del Olivo Milenario es uno de los pilares de nuestra aspiración a una economía circular y sostenible. Un modelo en el que la belleza, el bienestar y el progreso no se oponen sino que son parte del mismo todo, una forma de pensar y hacer que dio forma a la civilización andalusí.